Colección: Jade

El jade, un término general que abarca dos tipos distintos de minerales: nefrita y jadeíta, ha sido atesorado durante miles de años por su belleza y durabilidad. Los cautivadores tonos de verde de la piedra son su firma, aunque el jade también se puede encontrar en lavanda, amarillo, blanco, negro y otros colores.

Desde un punto de vista metafísico, el Jade es muy apreciado como una piedra de serenidad, equilibrio y armonía. Venerado en varias culturas, particularmente en el este de Asia, se cree que encarna una energía constante y pacífica que fomenta el bienestar físico y emocional.

Asociado con el chakra del corazón, el jade se considera un poderoso equilibrador emocional. Se cree que promueve sentimientos de paz y tranquilidad, alivia la irritabilidad y facilita la liberación de emociones negativas. Como piedra del amor, se cree que el jade atrae y realza el amor de todo tipo, desde el platónico hasta el apasionado e incluso el amor propio.

A nivel personal, Jade suele estar vinculado a la prosperidad y el éxito. Se cree que atrae buena suerte, riqueza y abundancia, lo que lo convierte en un talismán popular para quienes buscan alcanzar sus metas y ambiciones. Además, el jade se considera una piedra de sabiduría, que ayuda a resolver problemas, tomar decisiones y promover la claridad de pensamiento.

Espiritualmente, el Jade se utiliza a menudo para conectarse con energías ancestrales, para trabajar con los sueños y para explorar el mundo espiritual con protección y sabiduría. Se cree que brinda protección contra daños, escudo contra energías negativas y promueve el crecimiento espiritual.

En resumen, el jade es una piedra multifacética que representa el equilibrio emocional, el crecimiento personal y la exploración espiritual. Ya sea que busque serenidad emocional, desee manifestar sus ambiciones o desee profundizar sus conexiones espirituales, Jade podría resultar una compañera valiosa y solidaria en su viaje.

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